Menos mal que los burgaleses son duros, vaya forma de abrir huella, tú, agradecido... pero al final esos pisotones no fueron suficientes para convencer a los elementales y que nos permitieran conquistar la cima del Curavakitas...
y es que en dos horas nos nevó, nos llovió, nos granizó y se puso una niebla de cojones.
asi que nos tuvimos que juntarnos con los marcelos, subidos a las albarcas para cantar y alegrarnos los dias, pasear por Cervera del Pisuerga. y comer la carne palentina, puesto que estaban en la feria de Palma, con su mercado tradicional.
Un grupo de otros cinco madrileños lo intentaron, nos sacaban como una hora se le veia a mitad de callejo Grande hasta que se hecho la niebla, la bajada estuvo curiosa, te hundias hasta la rodilla, la nieve escurría... pero la hicimos rapido antes de que nos empaparamos... porque otra cosa no, pero por alli corria agua por todas, partes en un mes cuando se dehiele todo, eso debe de ser el paraiso del agua... no me extraña que haya tanto pantano.
El Dani andaba cerca, al otro lado de picos...
Los demás en Madrid preparando la Semana Santa, que se viene pasada por agua.
Que diferencia ir a un hotel, en Triollo, porque en Vidrieros no habia, alli se descansa mejor, se coge calor en el cuerpo, y no hace falta matar las horas muertas en alcohol... si es que nos estamos aburguesando.
Luego, nos pasamos Ana y yo a presentarle nuestros respetos al Espi... habrá que volver señores, la Montaña Palentina de mucho juego. además no hubo cumbre nisiquiera llegamos a lo divertido, hay que atravesar un valle profundillo, una sección de matorrales, que me cago en su puta madre, con la nieve tan blanda que complicado y tedioso se hizo, y cuando empezaba lo bueno, cuando aquello empezaba a empinarse, a la entrada del callejo grande, se nos jodio el dia...
Innumerables cumbres que hacer, innumerables paredes que escalar, caminos que recorrer, platos que degustar y lo mejor de todo a menos de 4 horas de Madrid. y para un finde para aparcar al enano, esta muy bien.
