Los caracoles tienen fama de
lentos… y lo son. Aunque es probable que te sorprendan si la temperatura es
adecuada, les proporcionas algo de humedad y les pierdes de vista un rato. Y es
que estos moluscos se desplazan poquito a poco, es cierto; pero son constantes
en su desplazamiento e incansables cuando se trata de buscar comida o
simplemente un rincón bajo el que cobijarse. Seguro que te lo has preguntado
alguna vez: ¿Cuánto corre un caracol?
Aunque no todas las especies
son igualmente lentas, los caracoles se mueven a una velocidad que oscila entre
los 2,5 y los 14 milímetros por segundo. Para que te hagas una idea, su
celeridad en movimiento es mil veces menor que la que alcanza una persona
caminando, si bien son capaces de desafiar las leyes de la gravedad y mucho más
seguros que nosotros en su cansino transitar.
Había un tal Rugero que
llamo a su bici, con la que dio la vuelta al mundo Quiscolina, él decía:
"a mi bicicleta se debe a que yo viajo con la casa a cuestas, como un
caracol, y como existe una canción infantil que dice " caracol Quiscol
saca tus cuernos al sol..." pues de ahí Quiscolina".
y nosotros que llevamos hasta
la bici dentro de la casa, como llamar a este antediluviano vehículo?,
simplemente caracol... paciencia hay que
tener para hacer kilómetros en él. No, no me ha gustado.
No se la de kilómetros, pero
sobre todo horas y horas...
Allí vas para hacer vida, allí
a su lado, sin separarte mucho del caracol, no, eso no es para mí, yo soy de furgo, que me lleva a los sitios, con el caracol, la escusa son los sitios para estar
con él, pero para mí la furgo solo es un medio para llegar a los sitios, a mis
montañas… La Ana si, ella esta encantadísima.
Te cuentan que para viajar
con niños lo mejor es "La clave con los niños consiste en moderar el ritmo
y el estrés del viaje, velocidad de caracol, pero el tiempo, que pasa con mi
tiempo???
A puntito de hacernos con el
campanu 2017, eran las fechas, era el lugar, pero nos faltaron las cañas, una
pena, penita, pena...Si, últimamente tengo la negra con las bicis, se
me rompió el cambio en los dos últimos kilómetros. El ruedin del enano a tomar
por culo y la Nisiki se quedó sin pastillas de freno.
Pedro llegó el día de antes
y estuvo en la desembocadura del Eo allá por... Ribadeo.
Nosotros primero a Chagarcia,
luego a Alba, luego por fin a A Pontenova...
La vía verde, muy bonita,
facilona y los km justos para ir con niños...
La barra de la bici para arrastrar
al niño aguanto, pero mis otros planes no, no hicimos mucho más, solo kilómetros,
ni mariscada, y de chuletón, ni na de na...
Eso sí, una zona bonita de
cojones, y pasamos cerca de Villarmide donde la Abuela de Anuska, y me encontré
en el pueblo a uno de los parroquianos de los Gauchos...
El Alfred y la Tere, se arriesgaron,
su primera semana con Cristina, y se fueron a los Arribes, La Mila a subir la
Alcazaba, el Manolo para Zarauz.. El Dani se quedó sin hacer nada por la lesión...
Después de la Vía verde del
Eo, y su mina e industria del hierro, gestionada como era normal en esa época
por Vascos, nos mudamos al Pantano de RIcobayo, cuya presa también la hicieron
los vasco… como hacía calor creíamos que incluso nos íbamos a bañar, al ladito
de Zamora, pero no hubo suerte llegamos ya anocheciendo y por la mañana hacia un frio cabron, eso si, hacia tiempo que no comíamos tan barato, 5 adultos y 3
niños, por 40 pavos...
El río Eo es el eje central
que vertebra esta comarca natural, cuyos valores la han hecho merecedora de ser
considerada Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO. A su gran valor
natural y paisajístico, se une el antropológico y etnográfico. La acción del hombre
a lo largo de los siglos ha ido moldeando este territorio, sabiendo conservar
en gran medida su riqueza natural. El río Eo nace en Galicia, para ir
discurriendo en algunos tramos por Galicia, otros por Asturias y otros justo
entre ambas comunidades, sirviendo de frontera geográfica. Y de esta misma
forma, sirviendo de frontera, desemboca en el mar Cantábrico formando la Ría de
Ribadeo.
Una forma de descubrir este
tesoro natural que es la Reserva de la Biosfera del Río Eo, Oscos y Terras de
Burón es acercarse a él a través de esta ruta. En ella, como decía, además de
disfrutar de su gran riqueza natural, podremos conocer otro de los pilares de
la reserva, su valor etnográfico.
La Vía verde del Eo (también
llamada "Ruta del ferrocarril" o "Vía natural do Eo")
aprovecha el antiguo trazado de un tren minero para mostrarnos los encantos de
esta comarca. Este tren minero, que funcionó entre 1903 y 1964, servía para
transportar el mineral extraído de los yacimientos de Vilaodrid (Lugo) hasta el
puerto de Ribadeo (Lugo), en donde se embarcaban hacia su destino definitivo.
Aunque pronto prestó también servicio de viajeros, siendo la primera gran
infraestructura de comunicaciones de toda esta comarca galaico-asturiana.
Actualmente se encuentran
habilitados para poder ser recorridos unos 12 km, la mitad de ellos por
territorio gallego y la otra mitad por tierras asturianas. La ruta puede
hacerse partiendo de A Pontenova (Lugo) hasta llegar a San Tirso de Abres
(Asturias) o a la inversa. Personalmente recomiendo el primer sentido, ya que
la parte gallega está asfaltada, y podemos dejar para el final la parte más
naturalizada. Aunque aquí describiré la ruta al revés, partiendo de San Tirso
de Abres. En cualquier caso, si queremos hacerla caminando, es recomendable disponer
de un medio de transporte que nos lleve de regreso al lugar de partida, si no
queremos hacer 24 km. Otra buena opción es hacerla en bicicleta, para lo que
está perfectamente habilitada, y de este modo podemos hacer todo el recorrido
de ida y vuelta. En un futuro está previsto que la ruta pueda hacerse
completamente desde A Pontenova hasta Ribadeo, pero este último tramo está aún
sin habilitar.
Las minas de Vilaoudriz
surgen cuando la Sociedad Comanditaria "Sucesores de J. B. Rochet y
Cía" de Bilbao, adquiere un conjunto de minas de hierro fosfórico situadas
en el Ayuntamiento de Vilaoudriz, en la actualidad A Pontenova.
El mineral fosfórico
comenzaba entonces a cotizarse en Europa dado que en el año 1879 se descubrió
el proceso de desfosforación del mineral de hierro en hornos de calcinación,
método que permite eliminar los residuos fosfóricos del hierro y utilizar éstos
como fertilizantes.
El impulsor de la sociedad
explotadora de estas minas va a ser el ilustre vasco don Julio de Lazúrtegui,
promotor de otras minas en el resto de la Península, y hombre vinculado a las
sociedades del hierro y el acero que en este momento se desenvuelven en Europa.
En marzo de 1900 se
constituye en Bilbao la "Sociedad Minera de Vilaoudriz", que
establece su domicilio social en la misma villa.
La mina tiene dos centros,
los grupos "Luisa" y "Vieiro" en el monte de Vilaoudriz, y
el grupo "Consuelo-Boulloso" en las montañas de Boulloso, distante un
kilómetro de los anteriores.
Las primeras en explotarse
son las minas "Luisa" y "Vieiro", a continuación el grupo
"Consuelo-Boulloso", y la última mina que se pone en explotación es
la llamada "Eneas", que comienza a funcionar en el año 1907. Hasta el
año 1911, la explotación de las minas se realizó mediante contrata, pero en
este año ya se hizo cargo la propia sociedad concesionaria.
Los hornosEl mineral hidróxido se embarcaba en los vagones tal y como salía de la mina, mientras que el carbonato cloritoso debía sufrir un proceso de calcinación, mediante el cual, calentado y luego en contacto con el aire, se secaba y perdía agua y ácido carbónico, verificándose la combustión de las piritas que contenía, y pasando así de óxido ferroso a férrico.
El proceso descrito tenía lugar en los hornos de calcinación, de forma ligeramente troncocónica, con 4 metros de diámetro superior y 11 metros de altura. Para la extracción del mineral, estos hornos disponen de 4 puertas y un cono de fundición en su parte baja, con aletas de distribución.
Otras instalaciones
La mina constaba de varias
instalaciones complementarias, como los depósitos de mineral, una central
eléctrica, un tranvía aéreo, dos compresores para perforación mecánica, un
plano inclinado para elevar los productos y el lavadero del mineral.
El transporte
Para transportar el mineral
se construye entonces un ferrocarril de vía estrecha, con un metro de ancho de
vía, que enlaza las minas con el puerto de Ribadeo, distante 34 kilómetros.
Las obras del ferrocarril
comenzaron en el año 1902, y en ellas se construyeron 13 túneles, que miden un
total de 1550 metros, cuatro puentes metálicos, dos de cimentación y un
cargadero metálico en el puerto de Ribadeo.
El tren circulaba ya en el
mes de abril de 1903 con mineral, y en el mes de agosto de 1905 se inaugura
oficialmente el servicio público de viajeros, convirtiéndose en un medio de
transporte mixto de carga y pasaje.
Se contaba con un total de
cinco locomotoras, una pequeña de maniobras y cuatro mayores de 30 Tm. de
carga. Alrededor de 60 vagones-tolva eran destinados al transporte del mineral.
Dos vagones eran destinados a los pasajeros, distribuidos en tres clases. Un
vagón-correo, dos vagones para el ganado y dos plataformas de carga para bultos
completaban los elementos constitutivos del tren.
En el recorrido se
encontraban cuatro estaciones: Vilaoudriz, Santirso, Porto-Vaga y Ribadeo,
además de cuatro apeaderos.
Cronología
La comercialización comienza
a finales de 1902, siendo Alemania, Francia, Bélgica e Inglaterra los
principales compradores, y el total del mineral arrastrado por el ferrocarril
es embarcado en el puerto de Ribadeo.
Cuando en el año 1914
estalla la Primera Guerra Mundial el mercado alemán se cierra y hay también
dificultades con el mercado inglés.
Los embarques regulares de
mineral se ven suspendidos, y esto obliga a paralizar las labores en las minas.
Debido a la dificultad para garantizar los fletes, en el mes de marzo de 1915
la Sociedad Minera decide comprar un vapor de 2.200 Tm., al que años más tarde
seguirá otro denominado "Villaodrid".
Posteriormente, se volvió a
extraer mineral, pero ya no se alcanzaría la producción de los años anteriores,
por un lado porque la chatarra de la guerra va a ser reutilizada como materia
prima, y por otro, porque nuevos países comienzan a vender hierro en el mercado
internacional.
Sin embargo se sigue
trabajando hasta el año 1932, comerciándose fundamentalmente con el mercado
inglés. Es en el año 1925 cuando se decide montar un quinto horno en A
Pontenova.
Durante la Guerra Civil, la
mina funcionó a medio régimen, hasta que se apagaron los hornos por falta de
carbón. Posteriormente, en el año 1938, el grupo Krupp-Montana llevaría a cabo
una explotación de las minas y el ferrocarril.
Terminada la guerra, se
contrató una brigada especial de conservación, que reparó varios
desprendimientos producidos en el interior de la mina. La explotación se
mantuvo hasta la década de los 50, y el ferrocarril dejó de funcionar
definitivamente en el año 1964.
El cargadero fue derrumbado
y vendido como chatarra, y salvo algunos puentes, algún túnel semiderrumbado y
la estación de Vilaoudriz, no queda nada más del ferrocarril.
Hoy en día perviven los
cinco hornos de calcinación de Vilaoudriz (A Pontenova), que permanecen así
como un símbolo de lo que fue la mina y de más de sesenta años de trabajo. A
Pontenova, que nació con la mina, conserva ahora sus hornos, y con ellos una
parte importante de su memoria, una parte importante de su historia
LA PRESA: la presa de
Ricobayo, también conocida como el salto de Ricobayo es una obra
de ingeniería hidroeléctrica construida en el curso inferior del río Esla. Es
una presa de gravedad en hormigón con una altura de 99 m y una longitud en
coronación de 270 m. El tramo en el que se encuentra ubicada se conoce con los
Arribes del Esla, es una profunda depresión geográfica originada por la erosión
milenaria del río. La mayor peculiaridad de la presa de Ricobayo es la
regresión de su aliviadero de superficie: en un periodo comprendido entre el
año 1933 al 1939, retrocedió hacia aguas arriba 350 m provocando una cazuela u
olla de 100 m de anchura y 100 m de profundidad, excavando 1.136.000 m de
rocas. Los problemas de este aliviadero han hecho necesaria la construcción de
un Laboratorio de Hidráulica en el Poblado del Salto de Ricobayo, para resolver
y estudiar en modelo reducido los problemas derivados de las grandes
evacuaciones de agua de los aliviaderos.
EL EMBALSE: construido en el
año 1934 con sus 5.855 ha, el paraíso llamado Ricobayo, es una gozada para la
pesca. Situado a menos de 1 km de la localidad de Ricobayo de Alba. Alimentado
por el río Esla. Famoso por concursos de prestigio como el Eurobass, el embalse
mantiene una excelente población de Blackbass, así como de otras especies como
el Lucio y el barbo. Es un embalse largo con numerosas reculas donde perderse.
En uno de los recodos de Ricobayo fue creada una playa artificial con puerto
deportivo, restaurante.
El agua sigue guiando nuestros pasos...
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