martes, 8 de febrero de 2022

cuando no hay suerte no hay suerte...

 

 


















































Total que en plena época de nóminas y vorágine de impuestos va el servidor y se nos estropea, vaya bronca de clientes me he comido, a ver como acaba esto, el pobre Pedrito el de Eva, lleva aquí todo el día para solucionarlo y nada no hay forma...

El sábado a trabajar que no se me dio mal del todo podría a ver hecho más, pero no se me quita el puto dolor de la poya y estoy jodido, sobre todo le doy muchas vueltas al tarro...

En fin, el domingo nos lo tomamos con paciencia estuvimos escalando en el parque de la Gavia, en el roco que han puesto, vamos escalando el Pedro, se abrió un quinto y fuimos todos detrás, los niños, Ana y yo... poco más... Esto es una eme...

El Alfred y la Tere se fueron para Pinilla del Valle que hacía mucho que no salían, total que se encontraron toda la auto congelada... y la Silvia no salió de casa que la dieron el viernes la quimio.

Me iba a ver escapado después de los impuestos un poco de relax el jueves a Peñalara a esquiar pero ni gota ni gota de nieve, esto se acaba.

La Silvia ha respondido bastante bien a la primera sesión, la Tere está casi recuperada del todo... Buenas noticias.

El ex de la Rosa solicitó la custodia compartida y la jueza se la ha concedido, veremos por donde sale el asunto...

Todos vamos con nuestras luces y sombras ya a estas edades, avanzado día a día no cabe otra, preocupándonos de los padres de los hijos... y de no fallecer en el intento...

La madre de Ita ya está fatal, la queda poco. Vino el Cuellar con su mujer a hacerme una consulta le vi fatal... del amago infarto ya no se recupera el hombre, no es ni su sombra... Que penita esto de hacerse mayor... el Padre de Elena va mejorando poco a poco, el Padre de la Tere, se ha roto la mano montando en bici, se le quedo enganchada una cala…

En fin nos marchamos al Pantano de San Juan. Últimamente hacemos allí todos los reencuentros, está siendo talismán, a falta de nieve... total que nos llevó el Pedro el vino que le encargamos Alfred y yo, ni tan mal sin etiquetar Rioja alta alavesa, total que nos fuimos para El pantano de San juan, a escalar y luego venían el domingo el Dani y el Salas para dar una vuelta en bici, se vino también Rosa sin los niños... total que, que flipada del calor que hizo escalando en manga corta y luego haciendo tertulia fuera de las autos hasta las nueve de la noche, y el poco agua que tenía el pantano este verano lo vamos a pasar muy mal como no cambie la cosa...

La de peña que había... Total que el Alfred esta hecho un maquina el cabron, y lo sorprendente, el Pedro que todo lo que le propone el Alfred le sigue como puede pero lo sigue, se abrió bastantes vías y probó de segundo las duras que abrió el Alfred, que acabo con él... yo me abrí un cuarto... Hacia tiempo que no habría, no está nada mal... digo yo hay que consolarse, que luego probaron el cuarto Ana, Alejandro, Vega y Cris...

Por la tarde bajamos a ver el pantano, nos llevamos un balón de fútbol, se nos escapó al agua y en un periquete estaba muy lejos, el Alfred cogió una barca que había por allí y un palo y se metió a por ella, y mira por donde que nos veíamos llamando a la Guardia Civil pero salió bien la jugada, eso si el dueño de la barca no echo una peta, menos mal que estuvo la Rosa hablando con él....

El domingo el Alfred estaba muy fanático así que nada de bici se fue con el Pedro a trepar yo me fui con el Salas y el Dani, hasta la presa de Picadas, ruta muy bonita, echa como vía verde del Alberche, se gastaron el dinero en el tren que pasaba por allí muy chula, pero eso si muchísima gente, pero que mucha, tenemos que hacerla un día pero con canoas, a mitad de vía, hay un sector con vías de escalada, dice el Alfred que estuvieron allí el Pedro y el con el Nando... luego comimos todos juntos fuera de las autos, y a otra cosa mariposa...

En fin, fue Santa Águeda... seguro que mi padre lo está celebrando.

Estamos pasando por una fase jodida de nuestra vida, y el asunto es que miras para adelante y tampoco te da mucha alegría, llevamos muchos hechos traumáticos y muchos cambios en estos tres años y ahora la cabeza te pide tranquilidad, pero el asunto es que la vida no te deja, se suceden cambios no significa que sean malos pero no es lo que ni tú ni Yo necesitamos, necesitamos un poco de calma, pero la vida no te la da, ahora hay que seguir, no mirar él futuro, sino ir escalón a escalón, día a día, y ya está y poco a poco todo irá superándose, nos queda el cambio de casa, qué aunque sea a mejor los cambios y ese tan radical será duró, nuevas costumbres nuevos amigos y esperando siempre que el niño lo digiera bien y luego están las incógnitas, no las certezas, que encuentres un buen trabajo que la oficina no se hunda, las enfermedades los padres esto es lo que hay, pero también, habrá muchísimos momentos buenos y esos habrá que disfrutar los...

Está claro que últimamente no nos sonríe la vida a nadie de los presentes, lógicamente no es comparable la situación de Silvia y de Tere con la de los demás, pero llevamos tanto tiempo acumulando mierda... En fin, Serafín, estos findes son los buenos, los que nos hacen sentir, sonreír y coger fuerzas para el día a día...

No seamos negativos, tenemos al final... gente que nos quiere, y que estamos en el lado bueno del mundo…

En fin, día​ a día, ánimo a todos, vendrán tiempos mejores...

Lo que si se Nota es que los niños son mucho más independientes, se pierden a su rollo no hay qué estar todo el rato detrás de ellos, se divierten solos... no todo es malo.... Hay qué recuperar el lado espiritual de la vida estamos buscando poner el cuerpo en forma, la cabeza, pero el espíritu, habrá también que trabajarlo, cada cual con sus creencias si eres budista, cristiano, o ateo pero hay que trabajar lo, mira la Eva se ha ido de ejercicios espirituales, mucho rezo mucho estar con ella sola...la ha venido muy bien... Hay que engrandecer el espíritu, saber que el camino está lleno de sufrimiento pero que merece la pena el andarlo, tenemos que echarnos a la espalda todo lo malo que hemos hecho, todo el mal que nos han hecho y seguir caminando por qué merece la pena.

Prueba de ello es éste fin de semana, fin de semana que te saca la sonrisa,! qué te hace olvidar los sin sabores del día a día, brindemos por muchos así, y eso que faltó el Santo grial y los puritos...

Y ya va tomando forma el bar de Cerro grande...

Y la locura de como se ha aprobado la reforma laboral todo muy raro, raro, y casposo, y lo de Ucrania... Este mundo se va al carajo...

Dicho esto, muerte al algoritmo y que nos devuelvan al 2019.

Un poquito de historia de montaña de una de las montañas que me gustaría pero que nunca serán…

La trágica conquista de las Agujas de Ansabère

A principios del s.XX los pioneros de la escalada fueron, poco a poco, tachando de forma sistemática la ascensión a las grandes cimas de la cordillera. La lista de las escaladas imposibles se iba reduciendo. Pero en ella, todavía destacaban dos imponentes objetivos: el Capéran de Sesques y las Agujas de Ansabère.

Verticales y aisladas, ambas representaban el mayor reto del momento en el Pirineo Occidental. En 1922 y tras varios intentos sin éxito, un joven escalador del Valle del Aspe, Pierre Bordieu, coronó en solitario el imponente Capéran de Sesques. Un hito incontestable si tenemos en cuenta el equipamiento de la época y que Bordieu acostumbraba a escalar descalzo.

Las Agujas de Ansabère, desde aquel momento, centraron las expectativas de los grandes escaladores del momento. En un lugar aislado, donde confluían los antiguos reinos de Aragón y Bearn, descansaban imposibles estos monolitos. La Aguja Norte de Ansabère, también llamada Gran Aguja o Grande Demoiselle, está separada del Petrachema por una profunda grieta y es la mayor de ellas.

La fama de las agujas llegó hasta los oídos de un grupo de jóvenes escaladores de Pau, conocidos como Kroquant Club. Entre ellos, se encontraban Lucien Carrive de 31 años, uno de los más experimentados y atrevidos del equipo, y Armand Calame, un joven animoso de 19 años. Ambos se decidieron a ser los primeros en coronar la Aguja Norte.

El 24 de junio de 1923, ambos escaladores, acompañados por un grupo de amigos, se dirigieron a las agujas. Pronto alcanzaron los pies de la Aguja Norte y comenzaron a escalar, mientras sus compañeros les observaban atentos desde la cima del Petrachema. Los primeros metros los superaron sin problema y llegaron a una plataforma a media altura de la pared. Desde aquí se dibuja a la izquierda una difícil fisura (todavía hoy calificada como Extremadamente Difícil).

Calame la atacó primero, logró superarla y continuó hasta instalar la siguiente reunión, donde ya perdió de vista a su compañero. Luego, Carrive trató de seguir sus pasos pero en el momento más inadecuado la cuerda de cáñamo se rompió y se precipitó al vacío ante la mirada de su grupo de amigos que los observaban. Calame decidió que lo mejor era seguir adelante y consiguió coronar la hasta entonces inalcanzable Aguja Norte de Ansabère.

El joven escalador inició pronto el descenso y con un rapel logró llegar al punto donde se había caído Carrive. Pero el drama se repitió y Calame también cayó al vacío. Los amigos y espectadores descendieron a los pies de las Agujas y allí encontraron el cuerpo de los dos escaladores.

Durante cuatro años, nadie volvió a coronar la trágica aguja y ésta se convirtió en una de las escaladas más famosos y difíciles del Pirineo. Finalmente, en 1927, Marcel Cames y Henry Sarthou, también miembros del Kroquant Club, vencieron las Agujas por segunda vez.


El futuro_

Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

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